











Doce signos, doce miradas que levitan entre lo místico y lo teatral. La serie convierte la cábala del horóscopo en vestuario: estructuras que doman el cuerpo, telas que invocan movimiento y accesorios que funcionan como talismanes. El styling abraza símbolos claros —coronas, armas, vasijas, libros— para convertir cada look en un ritual de cierre y renacimiento. En la puesta en escena, los códigos de cada signo se reescriben con audacia: Géminis duplica el cuerpo en satén cobalto y corsetería dorada, una oda a la dualidad performática; Virgo porta un halo solar de varillas doradas sobre seda marfil y verde, pureza que brilla; Escorpio se sienta con espada y tul ahumado, un poder contenido de sensualidad y peligro; Acuario derrama agua con una vasija mientras la tela azul dibuja una ola en el aire; Piscis emerge en estampas marinas multicolor, flujo y fantasía en un mismo gesto. La narrativa visual —entre fondos rojos y negros, azules eléctricos y bordados dorados— celebra la artesanía local: perlas en corsetería escultórica, brocados y transparencias, sastrería que dialoga con tocados y peinados de carácter. Es moda como ceremonia y como espejo: una constelación de talento mexicano donde cada diseñadora firma su hechizo y cada prenda promete un año nuevo con más luz. Créditos destacados (selección): Ana Cristina Barrios Moreno, Adriana Díaz, Nicole Pérez, Esmeralda Escobedo Leal, Arda Design, Michelle Alejandra Rivera Soto, Grabriela Gauzin Ruiz, Lina MoVa, Ana Sofía Murillo, entre otras voces emergentes que dan forma a esta celebración.